Salida por la mañana, no muy temprano, en vehículo de cuatro ruedas.
Gracias a la circunvalación, no hay que meterse en Valencia. El semáforo de Europa, primer semáforo que se encontraban los turistas después de miles de kilómetros de viaje desde sus hogares , estaba aquí. Ya es un recuerdo desde el año1990.
Por la autovía A-III continuamos hacia Madrid. En el Km. 185, a las dos horas de viaje, paramos en el area de servicio Dilamor, en donde se puede repostar combustible a un precio mas económico de lo habitual y también en el restaurante hay una buena selección de tapas en la barra y uno de los menús mas aparentes de carretera.
Estamos junto a la concentración de molinos de viento mas grande de España.
A los pocos kilómetros pasamos cerca del Castillo de Garcí Muñoz, en donde fué herido de muerte el poeta Jorge Manrique.
Vemos a la derecha del camino, en el Km.90, el Monasterio de Uclés, llamado El Escorial de la Mancha, en donde está enterrado Jorge Manrique.
Pasamos Madrid de refilón, rodeandolo por la M-50. Nuestra meta es Arévalo, en donde se puede comer ternasco o cochinillo de ensueño en el restaurante Las Cubas. Hay que reservar. Después del ágape, paseo por la villa, que tiene un bonito patrimonio románico mudejar .
En la Plaza de La Villa, medieval castellana, las iglesias de San Martín y Sta. María la Mayor.
A las afueras de Arévalo están los restos de un monasterio, pero que son una joya del románico mudejar: La Lugareja.
Paramos en Peñaranda de Bracamonte en nuestro caminar hacia Salamanca. Nos paseamos por sus plazas porticadas y nos informamos de donde se puede comer el tostón asado al horno con leña de encina, que es especialidad de la zona. Lo dejamos para otro día, pués ya vamos bien con la dieta de Arévalo.
Salamanca nos recibe con muy buena temperatura y bullicio en las calles.
El primer recibimiento, en la Paza Mayor. Con luz natural o de noche, es un encanto. Cenar en una mesa al aire libre dentro del recinto de la Plaza Mayor merece la pena por el ambiente. Después tomarse una cerveza o sidra en cualquier terraza mejora el ánimo aún mas.
Al día siguiente, recorrido por la zona monumental. Impresionante. El dorado de la piedra de sus edificios históricos te llena de sensaciones.
La Catedral, con su parte románica, que incluye la Torre del Gallo, del siglo XII, y la parte gótica del siglo XVI. La primera impresión que da al entrar en la catedral es ver un bosque de columnas. En una de las entradas , en la jamba, restaurada, el artista moderno ha colocado un astronauta.
La Clerecía, de 1611, Real Colegio de la Compañía de Jesús, frente a la Casa de Las Conchas, del siglo XV, construido por un Caballero de Santiago, que lo quiso hacer notar poniendo conchas de vieira en toda la fachada.
En la Casa Lis, un palacete modernista de principios de siglo XX, está el Museo de Art Nuveau.
El Convento de San Esteban, siglo XVI, plareresca la fachada, construción gótica y renacentista.
La fachada de la Universidad, joya del plateresco, labrada entre 1520 y 1530. La Universidad de Salamanca fué fundada en el Reino de León , en el siglo XIII, para evitar que los jóvenes del reino se fueran a estudiar a la Universidad de Palencia, en el Reino de Castilla. Prosperó, y con la unión de León y Castilla la Universidad de Palencia vino a menos, hasta desaparecer.
La Universidad mas antigua de la península, en funcionamiento.
Extramuros, cerca del puente romano, la Iglesia de Santiago, de las mas antçiguas de la ciudad.
Y la visión de la ciudad con el puente romano en primer término.
Callejear por las calles de Salamanca, tomar vino con jamón de Guijuelo, es una experiencia recomendable.
Y continuamos la visita por la província de Salamanca, antes de entrar en Portugal.
[…] Foto vía ATM-Trips […]
Pingback por Peñaranda de Bracamonte, una sorpresa salmantina | Turispania.com — noviembre 25, 2013 @ 5:52 am |